Descanzo
Una cierta sensación de descanso
Sube desde la tierra viva,
Inundando el vacío de los días sin la suave palma en el pelo,
Sin el suave aliento en el oído
Con el tedio casi religión
Dentro algo boga hacia la deriva
Hacia el final seguramente
Del dolor colectivo
Y como si volara hasta ellos se acerca sigilosa la alondra
Con sus risas
Con sus alas para convertirlo todo en momentáneo en pasajero
Transeúnte de la vida,
Mágico brebaje
Místico solsticio
Aquí entre estas manos que
Desde un corto tiempo lleva su locomotora propia
Cargando su propia chimenea
Como antes el abuelo paterno desconocido,
Los brazos de las raíces esta vez se elevan más arriba que la alondra
Para capturar un poco de ese instante furtivo,
Para atrapar un poco y vestirse con sus plumas
Y volar
Y viajar
Y dejar por fin el ancla que las mantienen atadas a la simpleza de la vida,
Esa que degustamos al otear un mirlo, una higuera,
Un lago, una ventisca,
Esa que construimos a diario con el tesoro compartido,
Con el premio alcanzado y ganado al destino nuestra muralla.
Pero aun así golpeados por el oleaje y la tormenta de las noches frías
Hemos avanzado hasta el sueño que buscamos atrás en el futuro,
Cuando descalzos no hacíamos más que perder el rostro
Sobre los rieles del tren.
A Patricia la amante y compañera feroz que me desnudó.
Sube desde la tierra viva,
Inundando el vacío de los días sin la suave palma en el pelo,
Sin el suave aliento en el oído
Con el tedio casi religión
Dentro algo boga hacia la deriva
Hacia el final seguramente
Del dolor colectivo
Y como si volara hasta ellos se acerca sigilosa la alondra
Con sus risas
Con sus alas para convertirlo todo en momentáneo en pasajero
Transeúnte de la vida,
Mágico brebaje
Místico solsticio
Aquí entre estas manos que
Desde un corto tiempo lleva su locomotora propia
Cargando su propia chimenea
Como antes el abuelo paterno desconocido,
Los brazos de las raíces esta vez se elevan más arriba que la alondra
Para capturar un poco de ese instante furtivo,
Para atrapar un poco y vestirse con sus plumas
Y volar
Y viajar
Y dejar por fin el ancla que las mantienen atadas a la simpleza de la vida,
Esa que degustamos al otear un mirlo, una higuera,
Un lago, una ventisca,
Esa que construimos a diario con el tesoro compartido,
Con el premio alcanzado y ganado al destino nuestra muralla.
Pero aun así golpeados por el oleaje y la tormenta de las noches frías
Hemos avanzado hasta el sueño que buscamos atrás en el futuro,
Cuando descalzos no hacíamos más que perder el rostro
Sobre los rieles del tren.
A Patricia la amante y compañera feroz que me desnudó.
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